El día se levanto frío y nublado pero no había nevado por la noche. Eran las 8 de la mañana cuando empezaron a caer los primeros copos. Las vacas estaban pastando en un prado junto a la carretera, a la espera de que las dejáramos salir . Tendrían que esperar hasta las 10, cuando toda la infraestructura ( un remolque para transportar a los terneros mas pequeños) estuviera preparada para iniciar el camino.
Eran poco más de las nueve y ya se habían acumulado casi 10 cm de nieve, ¡¡que forma de nevar!!. De repente sonó el teléfono y nos dijeron que algunas vacas se habían salido del prado y que si no las parabamos podían acabar en el valle antes de tiempo.
En media de una fuerte nevada, las conseguí replegar y devolverlas al campo, electrifique la linea y me quede vigilándolas hasta la llegada del remolque para iniciar el camino.
Pasadas las 10 y en medio de una nevada, que por suerte estaba remitiendo, iniciamos el camino hacia el valle.
Las vacas estaban ansiosas por andar y llegar cuanto antes al destino para saborear nuevos y frescos pastos. En los primeros metros, conseguimos separar y cargar en el remolque a los terneros mas pequeños (en el caso de dejarlos podrían ralentizar el ritmo del grupo).
Una vez en camino y tras el típico avituallamiento en el río del pueblo de abajo, las vacas emprendieron rumbo a los descubiertos pastos del valle, dejando atrás las blancas laderas de la montaña.
El camino discurrió sin ningún contratiempo mas allá de los típicos en el desplazamiento de ganado (vacas que se meten donde no deben, terneros que buscan a sus madres y madres que pierden a sus terneros).
Por fortuna a mitad de camino dejo de nevar, y la segunda parte del camino discurrió por suelos mojados en lugar de nevados y helados como los de la primera mitad.
A continuación se observa el viaje en primera clase de los más jóvenes de la manada:
Y para acabar, varios videos y fotos de la llegada:
viernes, 23 de enero de 2009
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