La encina era especialmente apreciada como combustible, tanto en forma de leña como de carbón y era una de las principales fuentes de esos combustibles de la capital. Los carboneros trabajaban en collas, grupos de braceros que oscilaban entre dos y siete personas. El jefe de la colla, normalmente el mayor del grupo, era el que tenía más experiencia en la recogida del carbón y dirigía al resto de los componentes en su faena, que consistía en cortar la leña, hacer la pila o carbonera, encenderla y vigilarla hasta que el carbón estuviese bien hecho y listo para transportarlo. En el caso del paisano Surroca de Talltendre, se trataba de Joan Busom, natural de Ger, provincia de Gerona, de 50 años de edad y soltero. Que ambos procedieran de las zonas altas de la Cerdanya obedece al hecho de que lo hacían para poder trabajar durante el duro invierno; llegaban los meses de noviembre y diciembre y no volvían a sus lugares de origen hasta la primavera.
En un censo de la Cerdanya de 1877, el 14% de los habitantes estaba ausente lo que da fe de que iban a buscar el trabajo que no tenían en su comarca fuera de ella. Parece ser que este fenómeno se repitió hasta el tercer decenio del siglo XX, cuando la mejora de las comunicaciones cambió el aislamiento secular de esa comarca.
2 comentarios:
ACABO DE DESCOBRIR EL BLOC,HO PODDIEU HAVER DIT AVANS
SALUTACIONS DE CAL DOMINGO, ENDEVANT
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